12.03.2005

Última hornada de literatura francesa

Después de Franckfurt me llegan cuatro novelas francesas como propuestas de traducción, y lo que leo me preocupa. Hace tiempo que había comprobado que la literatura en Francia pasaba por un período mediocre, insulso y terriblemente gris, pero con estas últimas novedades advierto que la situación es más grave de lo que creía. Salvo Houellebecq y Pennac, que son dos casos excepcionales sobre los que habría que discutir largamente en otra parte, no hay un solo novelista que pueda considerarse realmente bueno, y mucho menos exportable. Hay cositas por aquí y por allá, como las que tengo sobre mi mesa, pero nada que impresione, conmueva, exprese o indague en serio, se arriesgue, sufra...un panorama desolador que incita al bostezo, lo cual es triste porque la literatura francesa no puede apoyarse sólo en sus coetáneas francófonas (a las que, encima de todo, se atreve aún a despreciar) para contribuir a la necesaria contrapartida frente a la literatura anglófona, con el fin de que la tradición novelística europea se mantenga equilibrada. Recién leo el último Premio Goncourt, Trois jours chez ma mère (Grasset, 2005), de Francois Weyergans; una novela entretenida sobre un escritor que se siente culpable por diversos motivos. Lo mejor son las descripciones de los encuentros con sus numerosas amantes. Ya está.

La joya de Gallimard en la feria fue Waltenberg, de Hédi Kaddour, de la cual ni siquiera he podido llegar al capítulo segundo. Trincheras de 1914 y un hombre que busca desesperadamente a una mujer. No ha sido capaz de suscitarme la más mínima emoción. Fuera.

También han llegado a mis manos Le tiroir à cheveux (P.O.L, 2005) de Emmanuelle Pagano, a quien no conocía; otra novelita gris sobre una madre adolescente y su hijo con parálisis cerebral, y, por último, L'apprentissage, de Raphaël Majan (P.O.L, 2005), que cuenta en clave de humor la historia de un comisario empeñado en hacer justicia por su cuenta. El humor francés de los últimos años me parece altamente peligroso. Alguien debería impedir que Alexandre Jardin escribiera un solo chiste más. Los de Majan son sólo un poco más elaborados, lo cual no quiere decir que lleguen a ser graciosos en ningún momento. ¿Dónde quedó Queneau? ¿Qué hicieron con él? ¿Qué pasó con Céline? ¿Y con Boris Vian y el Instituto de la Patafísica (pero ¿por qué tenemos que remontarnos tan atrás?). Creo firmemente que la literatura francesa necesita una buena sacudida, una rebelión desde la base a partir de, entre otras cosas, la ironía y la mejor tradición novelística del siglo pasado. Ya que Kaddour rescata en Waltenberg la figura de Alain Fournier y su obra maestra El Gran Meaulnes, ¿por qué no lo lee detenidamente y aprende algo? Y así con todas las figuras, y fueron muchas, que dieron un nuevo sentido a la literatura e introdujeron la novela en la modernidad. No quiero seguir leyendo a Gide ni a Camus por más tiempo...Alguien tiene que hacer algo.

8 comentarios:

  1. Tienes razón en lo que señalas, la literatura francesa necesita una buena sacudida. Yo si quiero seguir leyendo a Gide, Camus, Bataille, pero también nuevas y actuales lecturas.

    Recuerdo también lo grandes que fueron en el estructuralismo, pero se ha ido Genette, Greimas, Levi-Strauss, Sasurre, Barthes, Foucault, etc., aunque también los seguiré leyendo porque siempre se les descubre algo nuevo.

    Muchos saludos.

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  2. Sí, Magda, el estructuralismo fue muy importante y hay que seguir teniéndolo en cuenta, pero ya mis días de inmersión en los librotes de crítica literaria "pura y dura" (porque para acercarse al estructuralismo francés con calma hay que haber desayunado fuerte) quedaron un poco atrás. Aunque no es estructuralista, me gusta especialmente Michel Riffaterre. Es verdad que es un placer releerlos, pero que sea sólo por placer, no porque no haya más remedio...

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  3. Riffaterre también me encanta, Blanca. La cuestión conmigo es que para mi es un inmenso placer leerlos, todo lo que sea Teoría literaria me fascina, me divierto enormemente. Ya no se acercarme a hacer crítica sin esta herramienta.

    Por otro lado, y paralelamente, está el placer de leer en sí mismo.

    Muchos saludos.

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  4. Sí, porque para que algunos teoricen con la literatura tiene que haber otros que trabajen con ella, que creen.
    Me ha gustado la mención a Pennac...¿de verdad piensas que es un buen escritor? Porque a veces nos cuesta librarnos de los prejuicios y pensamos que si es divertido (y Pennac lo es) no puede ser serio (literariamente, se entiende y Pennac... ¿lo es?)
    En fin... alguien tenía que ser el chivo expiatorio.

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  5. Aunque en el texto me refería sobre todo a la exportabilidad y la originalidad de Pennac y de Houellebecq, y daba por hecho que la "calidad literaria" de ambos, dentro de lo relativo que puede ser este término, es discutible y merece ser tratada de forma individual y más extensamente, sí que creo que Pennac es un buen escritor. No he leído la mayor parte de su obra, y por ello no puedo afirmar categóricamente, pero sí estoy convencida de que Pennac es, en el panorama actual de la literatura francesa, muy importante por su originalidad, su humor y su facilidad para contar historias que enganchan en una prosa fluida y sencilla, justo lo que le falta a la gran mayoría. En ese sentido, Pennac es, aunque sólo sea por eliminación, una referencia. Yo no creo que un escritor sea malo o poco interesante porque es divertido. Eso es sólo uno de los prejuicios en los que suele caer la crítica literaria. En fin, habría que ponerse a analizar en otro sitio la literatura de Pennac, como ya he dicho, pero ratifico lo dicho: Pennac me parece un buen escritor.

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  6. No, si yo también le considero buen escritor. Lo que ocurre es que me dejo llevar por esos prejuicios... al igual que me ocurre con Houellebecq, del cual debo confesar que no he leído aún.
    En fin..

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  7. Si no lo has leído y en algún momento de tu vida decides abordarlo, te aconsejo seriamente que empieces por Las partículas elementales. A partir de ahí, ya tú mismo verás si quieres seguir o no.

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  8. Así lo haré.
    Gracias
    :-)
    Si algún día decides analizar en serio la literatura de Pennac cuenta conmigo.
    Un saludo

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