1.06.2006

Sobre héroes y tumbas

No es fácil escribir acerca de esta novela aquí, porque cualquier trabajo de síntesis objetiva por mi parte resultará, francamente, incompleto e inexacto. Así, pues, voy a tratar de ceñirme al relato de mis impresiones tras la lectura de esta segunda parte de la trilogía novelística de Ernesto Sábato -que empieza con El túnel y acaba con Abbadón, el exterminador-. Sobre héroes y tumbas se publicó en 1961 en Buenos Aires, ciudad que asoma latiendo en cada página, en cada escena, y se impone en nuestra visión de lectores, se yergue desafiante por mucho que nunca hayamos estado allí. La ciudad profunda aparece en todas sus dimensiones, desde los miradores al alcantarillado, como pieza clave donde se desenvuelven las ansias de los personajes. La ciudad en un aquí y ahora, coordenadas con que estos personajes se sitúan en el mundo en circunstancias determinadas. Sábato no elude el peronismo, las diferencias sociales, el subte, los viejos de los parques... muy al contrario, utiliza todos estos elementos y los absorbe para lograr un testimonio integral: la realidad de Buenos Aires en los años 60 fundida con un espacio de sueño, delirio, pesadillas universales y atemporales que acechan cada noche en una piecita, en un caserón abandonado. En esa fusión reside uno de los aspectos de la grandeza de esta novela.

A partir de la ciudad, Sábato habla de la argentinidad como sentimiento, esa nostalgia permanente de haber perdido lo que nunca se llegó a tener, una sensación que cada personaje desarrolla a su manera para mostrar o intentar ocultar sus carencias, sus miedos, sus frustraciones. De ahí el sarcasmo, la violencia, el doble juego que nos lleva a uno de los motivos de la novela: la máscara.

"siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en él algo de trágico, quizá hasta de sagrado, y a la vez de horrendo y vergonzoso"

Sábato se pregunta qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, ante nuestra conciencia, enfrentados a un yo que, como en el caso de Fernando Vidal, uno de los personajes clave de la novela y artífice del "Informe sobre ciegos" (parte III de Sobre héroes y tumbas), puede deformarse y metamorfosearse continuamente. O como Alejandra, la otra gran protagonista, atormentada por fuerzas extrañas, oscuras, destructivas contra las que a veces no es posible ni siquiera luchar. Fernando y Alejandra desarrollan a lo largo de la novela una relación cuya evolución y complejidad el lector no puede más que intuir, y ahí residen su fuerza y su tragedia, su atracción. Un padre y una hija con un pasado oscuro, que se odian hasta la muerte, se aman hasta el incesto, se destruyem mediante un fuego purificador... y todo ello narrado por la velada emoción de Bruno, las impresiones entrecortadas de Martín, las palabras desgarradoras de Alejandra y la obsesión por los ciegos de Fernando, que es la esencia de la novela y que se condensa en frase como ésta:

"La noche, la infancia, las tinieblas, el terror y la sangre, sangre, carne y sangre, los sueños, abismos, abismos insondables, soledad soledad soledad, tocamos pero estamos a distancias inconmesurables, tocamos pero estamos solos".

Sobre héroes y tumbas es una novela conmovedora y trágica. Lo que se propone Sábato, y lo consigue con creces, es sacudir y despertar al lector, de modo que éste, al acabar la lectura, ya no sea el mismo, igual que el escritor no lo fue al acabar de escribir. Pero lo más emocionante y admirable de la narración es que logra superar la maldición latente de la resignación, y aunque la felicidad absoluta no existe, como nos hacían creer de chicos, sí es posible apreciar y disfrutar las pequeñas felicidades, las que narra Hortensia Paz, esos frágiles y fugaces momentos de amor o de éxtasis que el arte es capaz de eternizar. Y ésta es la única felicidad que existe en medio del perpetuo desencuentro que es la vida. Así, Ernesto Sábato cumple lo que él mismo definió como "novela profunda":

"Una novela profunda surge frente a situaciones límite de la existencia, dolorosas encrucijadas en que intuimos la insoslayable presencia de la muerte. En medio de un temblor existencial, la obra es nuestro intento, jamás del todo logrado, por reconquistar la unidad inefable de la vida"

(de Antes del Fin)

9 comentarios:

  1. Buena novela, lejos lo mejor que he leido

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  2. Creo que esta novela es un buien ejemplo de novela total, en donde Sabato nos da una magnífica instantanea de la sociedad bonarense de aquella epoca. La relacion enfermiza de Fernando con su hija. Y la contraposición entre el fracaso de Juan Lavalle que se iba rumbo al norte, y la esperanza en personajes tan tiernos como Bucich y Martin que se iban hacia el sur. "¡Qué grande es nuestro país, pibe!"

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  3. Si se me permite una correción, al personaje de Martin no lo consideraba tierno, pero sí al de Bucich.

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  4. Ah, gracias, Reo. Yo, en cambio, si que considero a Martin tierno. Bueno, quiza mas bien ingenuo o confiado. En todo caso, es verdad que Sobre héroes y tumbas es una novela total.
    Saludos,
    Blanca

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  5. en la tarde de este domingo 10 de septiembre de 2007, termine de leer por segunda vez (la primera hace 20 años) sobre héroes y tumbas, novela que como la montaña mágica, me parece absoluta, en el sentido hegeliano más radical, se hunde en las vísceras de un país, y llueve, tormentosa: la muerte, la nada...y sobre todo dios...

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  6. Bueno, a mí me gustó mucho más Sobre héroes y tumbas que La montaña mágica. En realidad, La montaña mágica nunca me atrapó, me costaba mucho seguir a Hans Castorp y los tipos raros del sanatorio...es una novela fría, en cambio Sábto , como bien dices, escribió Sobre héroes y tumbas con las vísceras.

    Un saludo

    Blanca

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  7. erika
    ese cuento es muy maluco

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  8. de toda forma esta bueno para quienes nos gusta leer

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  9. Holaa terminé de leer 26-12-11 Sobre héroes y tumbas, la verdad es una novela Profunda, compleja, que te cuesta entenderla en su verdadero sentido, pero ayudándome con artículos pude construir el significado que tal vez Sábato quiso darle. El informe sobre ciegos es atrapante y lei por ahí q es una metáfora y la manera en q la capté creo q si y muy acertada. Es compleja pero vale la pena

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