10.12.2005

Canto castrato

Es un hecho aceptado por la mayoría que César Aira es uno de los mejores escritores argentinos vivos. También que se trata de un autor excéntrico, escurridizo, que vive en una ciudad llamada Coronel Pringles, donde nació en 1949. Su obra es extensísima pero a veces difícil de encontrar en España, donde quizá el libro más conocido sea Cómo me hice monja, publicado por Mondadori en 1998. Pero ha sido Canto castrato (Mondadori, 2003) la novela que ha caído en mis manos de un estante en una librería de Amsterdam, que de vez en cuando ofrece sorpresas cómo ésta. En ella se relata la historia de un castrado en 1738, cuya voz era la más perfecta que se había escuchado en los palcos de ópera de la Europa frívola y absolutista del siglo XVIII.

La prosa de César Aira recrea exquisitamente la figura frustrada pero sublime del Micchino, el castrado, en medio de una lucha de naciones donde el espionaje está dando sus primeros pasos gracias a las arias operísticas en clave. Sin embargo, el personaje triste pero lúcido del castrado está acompañado por una cohorte de individuos tan marginales como él: una mujer que sólo cosa vestidos con motivos de animales, un jorobado papista con un gran sentido de la orientación, un conde obsesionado con el té que simula mil maneras distintas de cojera... La originalidad de estos personajes, tan coherentes en sí mismos frente a la sociedad, produce fascinación porque ellos son lo único real y sólido en medio de una Europa vacía de sentido, construida a base de máscaras, juegos de espejos y equívocos en constante lucha. En la novela de Aira sólo lo raro es auténtico; sólo en los excéntricos, los distintos, los locos, podemos confiar. Y todo ello en una prosa totalmente desprovista de vulgaridad y tópicos, lo cual es un descanso en medio de tanta mediocridad. Incluso se atreve con un final feliz, concedido por el mismísimo Clemente XII, un hombre que sufre de la próstata y odia la música.

Aira cuida el detalle, perfecciona, modela, cambia de estilo, conjuga voces...todo para que nosotros, lectores, disfrutemos asistiendo a un proceso de narración increíble, pero real.

1 comentario:

  1. cuando compre el libro crei que era la historia de Farineli por que me deje llevar por la portada pero me gusto la novela que redacta la vida de un castrati ante la opera y su vida.

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