5.21.2019

La revolución de las flâneuses

Hace poco descubrí el fascinante catálogo de la Editorial Wunderkammer y me decidí a leer este delicioso ensayo, que forma parte de la colección Cahiers: La revolución de las flâneuses, de Anna Maria Iglesia. El libro aborda el tema de la mujer como paseante y ocupante del espacio público, de esa ciudad moderna que se construye mediante la observación, el caminar sin rumbo y el posterior relato de lo vivido. "Caminar es formar parte de ese relato llamado ciudad", apunta Iglesia. 

En el siglo XIX, en una ciudad como París, las mujeres no podían pasear libremente por la ciudad sin que su honra, su dignidad, se pusieran rápidamente en entredicho. Solo las prostitutas ocupaban la calle, aunque ellas, claro está, tampoco eran libres. Caminar sola sin un objetivo, solo por el placer de salir y observar, era entonces impensable. En el siglo XX las cosas no eran muy distintas. El espacio público de las ciudades seguía regido por códigos de conducta muy estrictos para las mujeres, tanto que apenas las dejaban ser sujetos de observación en vez de objetos. Sin embargo, ya se oían voces que reclamaban el derecho de la mujer a poder intervenir en ese espacio público, tomar la palabra para poder pasar de la calle a la tribuna y hacer oír su voz.

Artistas como Mary Cassatt y Edward Hopper o escritoras como Edith Wharton y Virginia Woolf abordaron esta cuestión con el fin de reclamar ese espacio para las mujeres. Woolf explicaba de manera muy explícita que ver a una mujer paseando sola por Londres significaba que esta estaba sexualmente disponible. Solo unas pocas se atrevieron a transgredir los límites sociales, morales y económicos (con consecuencias a veces durísimas, como en el caso de Flora Tristán) para salir a caminar sin rumbo, libres, y construir así su propio relato. 

La revolución de las flâneuses es un ensayo precioso, bien armado y lleno de rigor, cuyas palabras finales constituyen un bello canto a la libertad de pasear y observar el mundo con nuestros propios ojos para luego contarlo: "Necesitamos ser, volver a ser, flâneuses. Debemos seguir siendo paseantes incómodas". Que no se nos olvide nunca.  

La revolución de las flâneuses,     Editorial Wunderkammer, 2019, 160 páginas. 


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